19 de julio de 2012

EL JURADO DE ADMISION EN PLENA TAREA

En una tarea exigente, debido a la cantidad de animales vacunos que llegan a la 126° Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional, el Jurado de Admisión revisa uno a uno los ejemplares.

El procedimiento es sencillo pero con una dinámica interesante. Cada cabañero acompaña sus ejemplares a los que se les controla el estado de la dentadura, se verifica la edad del animal, se revisa los aplomos y, según las razas, se analiza que el pelaje sea el permitido.

Hay un trato especial para las vacas que ingresaron preñadas y deben estar acompañadas por la garantía que ha emitido el médico veterinario del establecimiento de procedencia.

En el mismo Salón de Ventas de la Exposición Rural de Palermo, donde se desarrolla la Jura de Admisión, se les practica una ecografía para controlar exhaustivamente la calidad carnicera de cada animal.

Los ejemplares machos son sometidos a una revisión de testículos y en caso de eventuales dudas pueden revisarse las vesículas seminales.

Más allá de los parámetros sanitarios, que en todos los casos no pasa de una rutina, se pesan y se mide la altura, se controlan los tatuajes que cada animal tiene en la oreja para que coincida con el que está registrado, porque es lo que los identifica.

La calidad de los animales exhibidos y concursantes en Palermo es superlativa, razón por la cual -salvo que haya habido algún problema en el traslado- es muy difícil que haya casos para no admitir, sobre todo en las razas más tradicionales como Angus o Hereford.

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